Autor: Douglas Preston / Lincon Child
Sinopsis: Smithback es un periodista asesinado salvajemente por un vecino de su inmueble. No hay duda sobre el asesino: las cámaras de vigilancia lo han grabado.
El máximo problema para la investigación radica en que dicho vecino aparentemente está muerto. ¿Una identificación falsa de cadaver o se trata de un muerto viviente?.
Pendergast y D’Agosta, los inspectores responsables de la investigación, descubren que la muerte está relacionada con unos artículos sobre maltrato a animales sobre los que trabajaba el periodista. Estos artículos les llevan a una secta secreta ubicada al norte de Mahattan donde, según parece, no sólo se maltrata a animales en ritos de vudú.
Lo inquietante del caso tendrá su continuación en un nuevo asesinato de una periodista, que ha retomado la investigación de Smithback, a manos de……. el propio Smithback. ¿Qué esta pasando?.
Pendergast reclama la ayuda de un antiguo tutor experto en religiones africanas y vudú. Y una asociación de defensa de los animales aparece en escena para intentar echar a la secta y acabar con el maltrato.
Pendergast y D’Agosta lucharán contra zombis en subterráneos y descubriran el secreto de los resucitados.
A favor: Este libro ha sido mi primera incursión en el mundo del inspector Pendergast. No miento si digo que lo hice un poco condicionada porque no me gustan los libros-serie basados en un personaje que puede condicionar el sentido de la historia; pero he de reconocer que, en este caso, el personaje no impide poder disfrutar completamente de una novela de intriga. Su personalidad no influye en la trama y, aunque no hayas leído ningún libro anterior, la comprensión total del personaje no depende de cosas descritas en libros anteriores.
En relación a la trama os diré que sigue una cadencia estupenda, no pierde intensidad en ningún momento y que, por lo menos en mi caso, no conseguí ver un poco claro el misterio hasta que los autores no lo desvelan en el último capítulo del libro.
Es de agradecer que el inspector protagonista parezca tan despistado como nosotros hasta el último momento. A mi no me gustan las novelas negras donde el policia o inspector parece que lo sabe todo desde mitad del libro y, al final, parece que tú eres el único que no te has enterado de nada. En este caso, la resolución del misterio se basa en la deducción lógica tras un hallazgo fortuito final, que supongo que se parecerá más a la realidad de la resolución de misterios y no, como en otras novelas, a la deducción de mentes privilegiadas basadas en datos que cualquiera podía haber pasado por alto.
Es muy recomendable para aquellos lectores que les gusten las historias detectivescas de intriga.
En contra: Sólo por poner un pero, no entiendo muy bien la aparición del personaje del tutor. Puedo entenderlo como una estrategia de los autores para jugar al despiste pero quizás podrían haberle dado un poco más de cancha en la historia. Queda un poco desangelado a mi entender.
